¿MOTIVACIÓN, MOTIVADOR, MOTIVAR? ANTROPOCENTRISMO Y PERRO SATÉLITE

En este breve pero incisivo artículo vamos a referirnos al error garrafal que muchos profesionales del mundo del perro comete cuando hablan de Motivación..

Preparando la LA GUÍA DE LAS MOTIVACIONES DEL PERRO (Mónica González Tovar y Ezequiel Dello Russo) nos hemos dado cuenta de que son muchos los profesionales que usan los términos de motivación, motivador, motivar, queriendo significar la “intención de hacer que el perro haga algo”.

Una vez más, el ser humano como ser omnipresente y omnipotente que visualiza al perro como un satélite que gira alrededor del hombre, que lo entretiene, lo divierte, lo corrige, lo educa: adiestramiento, agility, problem solving, ejercicios de obediencia, etc.

Basta ya! La motivación del perro no es en modo alguno “darle ganas” de hacer algo. La motivación del perro no tiene nada que ver con esto, la motivación es el deseo intrínseco y la necesidad que tiene el perro de realizar actividades muy concretas, como por ejemplo cazar, relacionarse con otros perros, cuidar de su familia, explorar el territorio, etc.

Este pensamiento antropocéntrico perjudica al perro, lo supedita y lo subyuga a la voluntad del humano, a sus intereses.

Jamás tendríamos que olvidar la relación ancestral que nos une con el perro, una relación estrechamente colaborativa y a la par, que comienza en el paleolítico, con un ser humano nómada cazador y recolector que se movía constantemente de un territorio a otro, y un perro que en esa época vislumbraba un fututo prometedor junto a otra especie.

En el transcurso de estos 30.000 años de relación, el perro nos ha enseñado muchas cosas y probablemente haya contribuido mucho más de lo que podamos imaginar en la evolución de nuestra especie.